03 diciembre 2004

Recuerdos de una vida a mi izquierda. Recuerdos de otra vida a su derecha. Estamos como dos gilipollas sentados en un banco de un decrépito parque pero por fin la verdad corre por nuestras venas. Ella se levanta, mesa sus cabellos y escupe sobre mis recuerdos. Yo me levanto, me bajo la bragueta y meo sobre los suyos. Es un adiós sucio, sin palabras, poco sutil, pero un adiós que los dos reconocemos. Ella se limpia la saliva que le ha quedado en la comisura de sus labios sin pintar. Yo sacudo las últimas gotas y carraspeo. Nos miramos otra vez como gilipollas. Tiempo perdido, épocas pasadas y recuerdos cubiertos de fluidos, eso es lo que nos queda. Dejamos nuestras vidas en ese parque. Otra pareja las recogerá y probablemente haga un mejor uso. Nos damos la espalda, contamos diez pasos y nos giramos. Yo sonrío, ella me devuelve la mirada. Gesticulamos como gilipollas. Olvidamos y nos vamos juntos a casa a planchar la ropa.

Los recuerdos son historia pero nosotros no.

2 Comments:

Blogger el Biter said...

Pues no le he pillado muy bien la moraleja, pero el relato está bonito.

03 diciembre, 2004 22:16

 
Blogger Lince said...

¿eso es cuando ya no puedes más, revientas y luego vuelves a empezar?

mola.

06 diciembre, 2004 20:50

 

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